El trabajo en el territorio tiene un marcado carácter colaborativo que involucra acciones de diversos servicios públicos, gobiernos regionales y locales, empresas, propietarios de tierras, el MMA, FAO, ONGs, entre otros, en favor de la Reserva, un hot spot de biodiversidad. 

Desde 1974 se vienen desarrollando diferentes acciones para la conservación de la biodiversidad de amplios sectores de la Cordillera de Los Andes en la Región del Biobío. Muchas de ellas se han orientado a la conservación de los bosques, que aseguran la producción de agua para riego, generación hidroeléctrica y la mantención del suelo, así como la protección de especies emblemáticas y amenazadas, como el huemul de Chile central (Hippocamelus bisulcus).

El 29 de julio de 2011 el “Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja”, fue reconocido por la UNESCO como Reserva de la Biósfera,  es necesario volver a repetir el nombre? debido a la solicitud hecha por el Estado de Chile. Esta condición, de primera Reserva de Biósfera de la Región del Biobío, no implicó la aplicación de nuevas normas, sino el fortalecimiento de la visión del Gobierno de Chile de fomentar el uso sustentable del territorio, procurando que las intervenciones involucradas en el desarrollo de proyectos consideren y potencien las particulares características ambientales de la zona, en particular aquellas que le dan sustento a su biodiversidad como es el caso del huemul. La zona es un hábitat del huemul e implica grandes extensiones de terreno bajo la tutela de manos privadas, que colindan con áreas silvestres protegidas.

El Seremi del Medio Ambiente de la región del Biobío, Mario Delannays, señala que el principal desafío ambiental en la Reserva de la Biósfera es poder trabajar sobre la base de  objetivos en común, de la mano con los propietarios de tierras, “donde podamos seguir implementando diversas acciones de buenas prácticas, tanto para el huemul como otras especies que se encuentran en este corredor biológico. Se deben buscar alternativas que permitan o que compatibilicen las actividades productivas, pero que éstas integren de manera transversal diferentes criterios de conservación y sustentabilidad en este territorio”, dijo.

Dando cumplimiento a ese mandato, es que diversos proyectos se han ejecutado en el territorio. Uno de ellos es la Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas que trabaja con la última población de huemul ubicada en Los Nevados de Chillán-Laguna del Laja, en la cordillera andina de las regiones de Ñuble y Biobío.  Esta población es la que presenta mayor riesgo de extinción debido al bajo tamaño poblacional, fragmentación del hábitat y aislamiento geográfico de más 400 kilómetros de la población de huemul más cercana, ubicada en la cordillera de la región de los Lagos, en Chile.

Dentro de las principales amenazas para el huemul de Chile central se encuentran los proyectos de infraestructura y urbanización, cambio climático, presencia de perros, turismo no planificado, invasión de especies exóticas y prácticas ganaderas no sustentables, entre otras.

Se consigna que sólo el 39,3% del hábitat del huemul de Chile central se encuentra con figuras de protección oficial, por lo que ha sido necesario establecer un trabajo colaborativo entre organismos públicos con competencia ambiental  de fiscalización y fomento productivo, privados, sociedad civil, empresas, entre otros, de manera tal que, permitan educar, articular y aplicar criterios de conservación las distintas prácticas productivas que se puedan desarrollar en el hábitat del huemul.

Fabiola Lara, coordinadora de la Macro Zona Sur de la Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas, instancia ejecutada por el Ministerio del medio Ambiente (MMA), implementada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y financiada por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) destaca que el trabajo realizado por los profesionales del proyecto ha buscado potenciar la importancia de la asistencia técnica y el desarrollo científico y gobernanza para mejorar la toma de decisiones dentro de territorios prioritarios de conservación.

“Como parte de la estrategia de implementación de las buenas prácticas productivas, la Iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas se encuentra trabajando en predios pilotos, que representan unidades territoriales modelo de coexistencia entre actividades productivas y conservación de las especies amenazadas. En estos, y entre otras buenas prácticas, se encuentran los Planes de Ordenamiento Predial con criterios técnicos, científicos y de conservación para el huemul y otras especies,  basándose en generar un marco para el desarrollo y subsistencia de sus propietarios, como  a través de actividades turísticas y ganaderas compatibles con conservación biológica”, dijo Fabiola Lara, quien destacó que ha sido muy gratificante ver el compromiso de los habitantes del territorio por trabajar en favor de la conservación.

Si bien la Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas se coordina desde la Seremi de Medio Ambiente de la región del Biobío, el trabajo, luego de la división de la región Biobío-Ñuble en el año 2018, se ha venido realizando de manera birregional, donde se ha implementado un Programa de Educación Ambiental dirigido a la sociedad civil, profesores y funcionarios públicos, ejecución de un curso técnico para formación de Monitores de Huemul de Chile, entre otras actividades de educación ambiental y capacitación en buenas prácticas para la conservación. A su vez, se ha trabajo con distintos propietarios privados, a través de acuerdos públicos privados con la activa participación de diferentes servicios públicos, con la finalidad de potenciar el corredor biológico para el huemul en Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja.