Expresó Fabiola Lara, coordinadora Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas
“El uso de mermelada de Queule responde a una forma sustentable de protección”
El Queule, árbol endémico y propio de la zona central de Chile, entrega durante el otoño un fruto de color amarillo con un alto potencial gastronómico, ideal para la producción de mermeladas, mostró su potencial en workshop de Pastelería tradicional en INACAP Chillán.
Un trabajo colaborativo y que busca aportar a la conservación de una especie en peligro de extinción es el que ha iniciado INACAP Chillán, a través de su área de Hotelería, Turismo y Gastronomía, junto a la iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas MMA/FAO/GEF, ejecutada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), implementada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiada por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF). Se trata de un primer trabajo en alianza que muestra al Queule y su potencial gastronómico como una herramienta para la conservación.
“Gracias al trabajo colaborativo que la iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas desarrolla con distintos actores del territorio, se está avanzando en revalorar el Queule, un árbol endémico, único en su especie, que necesita una red de apoyo para dar a conocer la importancia de su presencia en el ecosistema, y en el cual asumimos que el trabajo de conservación es tarea de todos”, comentó el Seremi de Medio Ambiente de la Región de Ñuble, Patricio Caamaño.
Por su parte, la coordinadora de la iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas MMA/FAO/GEF, Fabiola Lara, manifestó que “es posible conservar especies como el Queule de la mano de un desarrollo sustentable”. Explicó que el equipo de trabajo busca integrar la conservación de las especies y sus ecosistemas amenazados en los territorios de desarrollo, a través de promoción de buenas prácticas productivas compatibles con la protección de la biodiversidad, agregando que de esta forma “los propietarios de predios no ven a este árbol, declarado Monumento Nacional en 1995, como un problema, sino todo lo contrario, comienzan a verlo como una oportunidad para cuidar y proteger una especie única en el mundo”.
Y este es precisamente el enfoque otorgado por el profesional de la iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas MMA/FAO/GEF, Pablo Azúa, quien participó en el Seminario con la charla “Del olvido a la innovación, dulzor del Queule”, donde destacó que entre las amenazas se encuentra una mala práctica de recolección, ya que en la mayoría de los casos no se devuelve la semilla al bosque. “Estamos trabajando en prevenir los incendios forestales, aprender in situ del comportamiento de este árbol, así como proteger su reproducción, por eso el mensaje de revalorización y producción con consciencia en los alumnos y la comunidad es tan importante”, expresó.
En la jornada también participó Elizabeth Domínguez, dueña de un predio piloto de Tomé, donde la iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas está trabajando, quien contó sus vivencias relacionadas con el Queule y su fruto, para luego dar paso al workshop “Trasnochada de Queule”, actividad que fue liderada por los chef instructores de INACAP Chillán, Beatriz Mardones y Felipe Gatica, quienes en conjunto con los asistentes realizaron una nueva versión de esta tradicional torta chillaneja, que contó con un ingrediente diferente, la mermelada de Queule, elaborada con frutos recolectados en Cobquecura. “Para nosotros este fruto era desconocido por lo que fue un desafío utilizarlo en preparaciones de pastelería”, comentó la chef.
Para la exalumna de la carrera de gastronomía internacional de INACAP Chillán, Rosalía Galindo, fue muy interesante conocer el fruto y saber que se puede trabajar con su pulpa en preparaciones de pastelería. “Me gustó mucho su sabor, lo encontré dulce y su textura bien diferente a lo que había probado, es innovador y encuentro que es interesante que se utilice y valore”.
Finalmente, la Directora de Escuela de Hotelería, Turismo y Gastronomía de INACAP Chillán, Liliana Puentes, declaró que es importante vincular a la academia con las acciones de conservación del Queule, difundiendo el buen uso del fruto en la elaboración de productos, explorar sus características y descubrir su sabor único. “El desafío es tremendo, porque estamos formando profesionales con sentido de valorización y respeto de lo nuestro. Nosotros queremos concientizar a nuestros alumnos que existe el Queule, que su pulpa puede ser aplicada en la pastelería y que podríamos innovar con ella en distintas preparaciones”.